Guantes blancos
Tacón chupete, moños exuberantes.
Él venía de brasil. Era infantil e impresionable.
Que pestañas tan largas, ojos miel. Que tan ingenuo eras y que tan pícaro fingías ser.
No pretendía ser experimentada, solo había leído en teoría, había observado maneras de querer.
No eres mi prioridad,no espero a que vuelvas a la misma hora. No me la paso sentada tratando de estudiar, mientras nos escapábamos por el centro y a dar vueltas en los colectivos en mi imaginación mil veces.
Los caramelos violeta que me trajiste de tu viaje a Francia los como de a pedazos pequeños, porque no quiero que desaparezcan, porque no me diste alguna otra cosa para que te recordase.
Tres meses se hacen un infierno.
Viendo que no piensas volver todavía te cuento que me accidente hoy en el laboratorio. Tengo que esperarte en la estación a las 7 el día 12 de octubre, entonces.
No estoy ansiosa, no te pienses importante.
Yo puedo sola, me gusta estar sola.
Pero si puedo decirte que acá los jazmines del cielo huelen fantástico y está como para recoger naranjas en la finca de Cristina.
Carta 1
Se que te dije que me regalaras otra cosa, pero una cajita musical con la pieza “Para Elisa” no es muy original, Carlos.
Hoy voy al club; realmente cuando te conocí perdí los ánimos de hacer sociales, cacho me regaló un vestido de moda, dice que se usan en Francia.
Pienso que mi altura no me favorece, es bueno que seas mucho más alto que yo, así no me avergüenzo de usar tacos al lado tuyo.
Los delantales son tan sosos, pero me ayudan a no pensar mucho que usar a diario.
Los estudios son tan tediosos como necesarios.
Creo que empiezo a tenerle cariño a la melodía de Beethoven, quizás soy demasiado dura dando mi opinión, joder, soy demasiado sincera, no puedo evitarlo Carlos. Pero es que hay cosas que se tornan cliché con el pasar de los años.
Carta 2
Creí verte hoy por ciudad universitaria, me dio un vuelco al corazón y después racionalice las posibilidades de que estuvieras por acá, eran nulas.
¿Todavía estás negociando con tus hermanos? Te queda poco para recibirte.
Te envidio en parte, yo tengo que ver de donde saco todos los aparatos de la carrera que elegí.
Estuve pensando ir a brasil para hacer unas mini vacaciones sin contarle claro a mi mamá.
Como quieres que te quiera, si no estas aquí, como quieres que te quiera si ni te das a mi.
Y mi corazón me grita, me aprisiona sin querer
Como quieras que te quiera si no te tengo aquí, como quieres que te quiera tan lejos ya de mi.
Estos días ando aficionada al flamenco, me cambié de departamento, ya no puedo compartir con Sandra, sinceramente la quiero pero chocamos bastante.
Yo viviré, cantando las estrellas por el día que
Yo, yo, soñaré, que la vida me entrega lo que tuve ayer.
Este tercer mes se está haciendo insoportable.
Se que mi personalidad no me lo permite, y te confieso que es la primera vez que me pasa.
Pero necesito ver tu cara, Carlos.
Carta 3
Me dio risa la cara de cielo cuando le dije que también me gustaba Juan, pero eso ya es pasado, Ahora estás vos en mi vida, ¿No? Ya veremos por cuanto tiempo.
Confío que Cielo no le va a contar nada a mi mamá, ella esta de mi lado desde el momento cero, hasta vino aquí para acompañarme y vio mi forma de vida, aunque ella no está de acuerdo claro, me ayuda. Peor vos viste, te conté como era cielo, mustia, calmada, sumisa y apegada a doctrinas morales en desuso.
Aún así confío en la capacidad de Cielo de quedarse callada.
Continua.
Perséfone
No hay comentarios:
Publicar un comentario